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Fractal, el nuevo material de Nomois despertando a la escena mexicana

Writer's picture: No Somos RockstarsNo Somos Rockstars

Updated: Mar 26, 2019

Mientras al norte del país los norteños rugían con las mejores bandas de rock contemporáneo, sobre Avenida Cuitláhuac la escena independiente nacional abría las puertas al fenómeno Fractal, ese que no puede ser explicado por las teorías clásicas y se obtiene mediante simulaciones del proceso que los crea: Nomois.



En contexto.

La escena musical mexicana es voluble y majadera; se comporta con un efecto de oleaje que a veces nos arroja música nueva y en ocasiones bandas nuevas que suenan a música vieja. Afortunadamente en esta reseña no aplica la segunda.


Nomois es, en palabras de la propia banda, una agrupación de rock en español con tendencias noventeras originaria de la Ciudad de México, pero que da el brinco para evolucionar hacia el milenio en el que vivimos y dejar atrás el sonido de quienes se consagraron hace más de 30 años.



Integrada por Diego, Moi, Jorge y Juan Pablo, esta banda le ha talacheado desde algún tiempo al universo musical, tanto así que ya cuentan con dos sencillos y un EP en Spotify, que no logran compararse a los sonidos de otra agrupación mexicana, pero que suenan a una de las buenas.


Su estilo es pulcro, meticuloso, original, arriesgado y con buena calidad sonora. Es decir, sale de la generación que tocaba ukuleles y mezclaba sintes.



La presentación.

De todos los sábados del mes, todos los eventos importantes se reunieron en el pasado 23 de marzo y, por coincidencia o destino, la vida llevó al equipo de No Somos Rockstars al HDX Circus Bar, donde a poco más de las nueve de la noche, sucedió la magia.


No vimos a un grupo de artistas consagrados en sus laureles prostituyéndose con morbo a la prensa, ni tampoco a los rockstars pesadísimos que viven el sueño adolescente de la prepa, sino a cuatro músicos que andaban de arriba para abajo viviendo el momento en espera para subir al escenario.



Escuchamos un talento versátil que a lo largo de la noche tocó, interactuó y se divirtió con su público como si lo hiciera con viejos amigos y extraños desde el fondo del bar, coreando las canciones que han seguido desde hace meses en su plataforma de confianza.


¿Influencias identificadas? Muchas. Sin embargo esas muchas se encontraron bien mezcladas, sutilmente fusionadas con movimientos, acordes, notas y estilo propio. Ninguna canción sonó como la anterior, ningún baile fue ensayado, imitado o mecanizado, sino natural. Vida musical fluyendo y naciendo en un recinto que parecería difícil para una banda que no toca covers, pero donde esto no logró ser obstáculo.



Lo mejor.

El dinamismo que Nomois sabe que tiene o juega a saber que tiene o no sabe que tiene, pero que por alguna razón explota de forma impecable como raramente cualquier banda nacional lo hace, con el perdón de los ortodoxos.


Los provocadores pasos de Juan Pablo, con esa voz que no se pierde entre ecos y amplos. Los arreglos de Jorge y Moi, guitarra y bajo respectivamente, entrando en ese trance que pocas veces alcanzan músicos más experimentados en vivo. El tempo de Diego en la batería, que salvaje y etéreo al resto, pero no ausente, marcó el ritmo en que la noche se reinventó para seducirnos.



Lo malo.

El tiempo y su eterno afán por volar de nuestras manos cuando la estamos pasando bien. Quizá faltó un poco más de ambiente, pero no corrió por parte de la banda, sino por la estrategia del recinto, que, en nuestra opinión, pudo ofrecer una pista a los corazones alcoholizados y danzantes que se dieron cita a la presentación.


La premura que nos impidió hablar con profundidad sobre la presentación con Nomois -de quienes ya nos declaramos seguidores absolutos. Y, por último, la acústica e iluminación, que pese a ser buenas, pudieran mejorar un poco más para ofrecer una experiencia enajenante en la que el ritual escénico de la banda de rock, destruyéndose a sí misma frente a sus espectadores se completara.



La conclusión.

Fractal contiene cinco canciones, únicas en su forma y composición. Cada una de ellas, por supuesto, deja oír las influencias de la banda. Pero éstas no incomodan ni dejan un mal sabor de boca, sino que al contrario, logran convencer a quien escucha de volver a abrir oídos a las bandas nacionales y locales, que le apuestan a lo poético, a lo nuevo y desgarrador del amor, la música y la vida misma.



Escúchalos aquí.


Autor y fotografía: Jessica Campos.



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