Dicen los que estuvieron ahí, que los gritos eran desgarradores. Los jóvenes pedían clemencia en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas para que no los mataran, para que dejaran de golpearlos. Todo comenzó el 22 de julio cuando se dio un conflicto entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del Politécnico y de la Preparatoria "Isaac Ochoterena", provocados por un par de grupos de porros conocidos como "Los Arañas" y "Los Ciudadelos".
Cuando el cuerpo de granaderos trató de detener el conflicto, comenzaron los ataques de la policía contra los estudiantes, quienes respondieron con gritos y silbidos. Al ver que los granaderos les lanzaron piedras, se defendieron como pudieron. Desde que el cuerpo de granaderos invadió la Voca 5, se formó un Comité Ejecutivo de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, declarando una huelga indefinida.
El pliego petitorio
Conocer un poco de la historia no nos hace mal. A partir del 29 de julio, el Poli se unió a la huelga al igual que el resto de las preparatorias de la UNAM. El pliego petitorio ya estaba definido con seis puntos, destacando la libertad a los presos políticos y la desaparición del cuerpo de granaderos.
Al de no cumplirse la negociación con Díaz Ordaz, el movimiento convocó a un mitin el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. A las seis de la tarde con 10 minutos, un helicóptero que sobrevolaba el mitin, lanzó una bengala en señal de comienzo del tiroteo en contra de los estudiantes. Se calcula que participaron cerca de cinco mil soldados armados.
¿Y la música?
Sin duda alguna, los conflictos sociales siempre han ido acompañados de música, de intérpretes que a través de sus letras alzan la voz para dar a conocer lo que el gobierno no quiere que se sepa. En tiempos de represión como los que vivieron los jóvenes en el país encabezado por el poder de Díaz Ordaz, no era fácil expresarse a través de las melodías.
Mucha música fue prohibida durante el año 1968, crucial en la historia de México. De acuerdo a los historiadores y a expertos musicales, Óscar Chávez, por ejemplo, comenzó a cantar desde 1962 en las facultades de Ciudad Universitaria. Rolas como ‘Carabina 30-30’, inundaban la explanada de CU o la Plaza Roja de Zacatenco.
Las mujeres no hicieron falta cuando en Judith Reyes encontraron una representante. A través de sus corridos daba cuenta de lo que hacía Díaz Ordaz en ese entonces con un gobierno que quería manipular a sus jóvenes, pero que no encontraba la manera de hacerlo mas que a punta de toletazos.
Qué decir del rock nacional, en donde sonaban los Dug Dugs y Javier Bátiz, ese año de represión se forma Three Souls in my mind, liderados por Alex Lora, retumbaba la música de Daniel Viglietti o de Los nakos, con canciones como ‘La balada del granadero’, parodia a un tema de José Guardiola llamado ‘La balada del vagabundo’.
Violeta Parra, fue otra de esas intérpretes que a través de canciones como ‘Me gustan los estudiantes’, expresaba el ánimo que necesitaban escuchar los jóvenes que sin miedo a nada, enfrentaban a un gobierno opresor. La música no mata, Ordaz… La música no mata, pero vaya que te incomoda…
¿Los muertos? ¿La justicia?
Las consecuencias, según cifras no oficiales, llevaron consigo a más de 150 personas. El propio Díaz Ordaz dijo que no habían sido más de 30 muertos entre estudiantes, soldados y "curiosos". El CNH indicó que habían muerto 150 civiles y 40 militares.
Lo cierto es que esa matanza sigue calando hondo en el ánimo de los mexicanos y sí, el 2 de octubre sirve como recordatorio para la represión que sufrieron miles de estudiantes que sólo a balazos pudieron ser silenciados...
Autor: Laura Almaraz
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