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Mengers cierra gira en La Capilla de los Muertos

Writer's picture: No Somos RockstarsNo Somos Rockstars
Sí un día llego al cielo/infierno, estaría verga que mi entrada triunfal tuviera música de los Mengers.

Los viernes son días de posibilidades infinitas y en esta ocasión fuimos en calidad de fanáticos a las Pizzas del Perro Negro, en Parque Lira, para ver a una de nuestras bandas favoritas romperla en el escenario: Mengers. Llegamos divididos. A las 07:30 pm, el lugar, recinto pequeño en comparación a Donceles, estaba casi vacío. Durante las dos horas siguientes la gente fue apareciendo de a poco como almas que se concretan al rededor de un lugar sacro arrastradas por una fuerza extra sensorial a La Capilla, entre ellas las de Pablo, Mauricio y Carlos, músicos psicodélicos mexicanos que más tarde iniciarían el ritual de la noche.



La impresión dada a primera vista de la fue justo la de una agrupación que no parece de psicodelia, pero transmite en el escenario una gran experiencia visual de la que no puedes creer formar parte y de paso, atrapa las características de este género en su forma más humana y pura.


Mengers toca música limpia, precisa, cargada de peso emocional, poético e intenso. Música que sonó por casi treinta minutos, tiempo que duró el concierto, e hizo que absolutamente todos fuéramos abducidos a un plano sideral mayor del que estábamos formando.



Con canciones y acordes entre mezclados en un intervalo de tres a cinco minutos, Carlos fue el encargado de anunciar que la presentación en La Capilla sería la última antes de su próxima presentación en el Festival Marvin, uno de los más importantes para la escena independiente, tanto nacional como internacional por lo que entre agradecimientos y con una euforia oscura, nos preparamos para la última plegaria.



Una clausura icónica y sumamente emocionante dio por terminado el show y cuando pudimos volver en nosotros para darnos cuenta de lo que había sucedido, los integrantes de Mengers bajaban del escenario de una forma tan sencilla que parecía una fantasía lo que había acontecido minutos antes. Nos costó un poco volver a la realidad.



"Están cabrones estos güeyes, muy cabrones", "Se rifan muy mamón, deberían darle más difusión a este tipo de bandas" y "Ojalá marquen camino en la escena para que más banda se aviente a tocar así", fueron los comentarios que los despidieron. La vibra era alta, cósmica y tenue; de a poco fuimos regresando a la Tierra.








 

Autor: Jessica Campos

Fotografía: Saúl Fives

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