El cine del director estadounidense se ha caracterizado por una multitud de referencias, en la que la delgada línea entre el homenaje y el plagio se desdibuja constantemente en voz de la crítica.
En 1994 se hizo con la Palma de Oro del Festival de Cannes, tras el estreno de Pulp Fiction, que significó toda una revolución en la cultura popular y que hasta nuestros días es considerada una obra de culto.
Pulp es un término utilizado en Literatura para referirse a una novela que se acostumbraba a publicar por fragmentos en un periódico, con sucesos y coincidencias muy dramáticas, sorprendentes e inverosímiles.
Partiendo de esta idea, Quentin Tarantino y Roger Awary, se plantean desarrollar una historia construida a partir de acontecimientos inusuales, en los que queda impresa toda la visión del director y su característico tratamiento del humor y la violencia. Además, se recurre al uso de lo hipertextual como recurso, fragmentando en saltos temporales cada uno de los eventos o episodios de la narración.
Si bien, es aconsejable escribir diálogos cortos para nuestros personajes en la complicada tarea de la realización de un guión, Quentin Tarantino rompe, desde el inicio, con este hábito, apremiando las situaciones en las que las conversaciones largas ayudan a conseguir la tensión necesaria a lo largo del largometraje.
Dividida en los capítulos Vincet Vega y la esposa de Marsellus Wallace, El reloj de oro y La situación con Bonnie, Pulp Fiction juega en la influencia del cine de serie B (o cine de explotación) sutilmente, atrayendo al espectador de tal manera que logra empatizar con el cast de protagonistas.
A través de la interacción de los personajes, el contenido de las charlas que sostienen revela lo cerca que están de lo cotidiano, tal y como ocurre en Alien (Ridley Scott,1979): en los límites de un viaje espacial, la tripulación habla de regresar al planeta tierra, mientras beben café y mencionan lo que harán cuando les paguen por cumplir su misión.
Consecuentemente, el hecho de que simpaticemos con la personalidad y la manera de tomar decisiones de Butch, por ejemplo, se debe a que detrás de su caracterización y detrás de la promesa que debe cumplir, se oculta el deseo de escapar lejos con Fabian, lo que se nos hace manifiesto y lo que esperamos que suceda, aunque esto implique que cometa más de una vez el mismo crimen.
Continuando en términos de guión, hay una suerte de MacGuffin hitchcockiano* en el maletín que Vincent y Jules deben recuperar, cuyo interior brillante nunca es mostrado en pantalla, pero que logra su cometido: el avance de la historia. Dicho avance, se ve reflejado en dos momentos específicos: el primero de ellos, cuando se hace necesario su rescate; el segundo, muy próximo al final, cuando Jules convence a los asaltantes del restaurant de irse.
En El reloj de oro, el relato alcanza uno de sus puntos más álgidos. No sólo narrativamente, sino también en el apartado visual.
En este capítulo, Quentin demuestra su habilidad en el manejo de la cámara, intercalando entre planos fijos, travellings, cámara en mano, dollys y acercamientos, que cuentan una porción de la historia verdaderamente desconcertante. Desde el sorpresivo encuentro de Butch y Marsellus Wallace, pasando por la persecución, hasta el desenlace en la tienda de empeño, el director y guionista elige una serie de progresiones que remiten al grindhouse* como género cinematográfico, destacando el sexo y la violencia como elementos primarios.
La escena de baile en el Jack Rabbit Slim's, es un homenaje a la que Federico Fellini rodara en 8 1/2 (1963), lo cual, resulta en una afirmación del extenso conocimiento que como cinéfilo el director posee y al que ha recurrido en repetidas ocasiones para construir otros universos.
Asimismo, Quentin Tarantino ha expresado admiración por Jean-Luc Godard, considerado uno de los grandes exponentes de la nouvelle vague francesa y, en cuyo honor, el director ha llamado a su productora A BAND APART, de Bande à part (1964), filme del que también obtendría inspiración para rodar la escena anteriormente mencionada.
El uso de la música en Pulp Fiction es anticipatorio y diegético. Anticipatorio, en el sentido de que prepara al espectador (en ánimo y tono) para recibir una nueva sección de la historia, separándolo de las impresiones de la sección anterior; y, diegético, en cuanto a que la música proviene del contexto y las acciones de los personajes, del interior de la historia.
El efecto de la diégesis suprime los diálogos en instantes en que no son requeridos, instantes en los que la música constituye lo esencial para adivinar los pensamientos de los personajes, sus reacciones. En cambio, la ausencia de música, significa el ascenso de la tensión dramática y, con ella, lo que mejor caracteriza a la obra del director: la estilización de lo violento.
De esta forma, cuando la música para, son las voces y las actuaciones las que toman lugar; son los diálogos, brillantemente articulados, los que permiten la aproximación a resoluciones frenéticas.
Finalmente, Quentin Tarantino es un director que a nadie parece ser indiferente.
Amado y odiado por la crítica y por fanáticos, el cineasta estadounidense cuenta con una filmografía de 8 películas en la que convergen el western, las artes marciales japonesas, el cine de serie B y el cine neo-noir, siempre de la mano de un equipo increíble de producción, departamentos y un cast con experiencia, cuyo trabajo en pantalla demuestra que el quehacer cinematográfico sólo se logra en conjunto.
*MacGuffin: evento, objeto o personaje en una película o historia que funciona para conseguir movimiento en la trama, pero que usualmente carece de importancia en sí mismo. Término acuñado por Alfred Hitchcock.
*Grindhouse (género cinematográfico): trata por lo general temas como la violencia, el terror, el sexo, situaciones inusuales e ilógicas, con la particularidad de que los filmes a los que pertenece suelen ser de bajo presupuesto en su mayoría.
Por: Miguel Sandoval.
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