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Un cisne negro de compañía. Desde Bélgica: Pilod

Writer's picture: No Somos RockstarsNo Somos Rockstars

Incursionando desde el año 2012 en la escena musical independiente de la ciudad de Leuven, en Bélgica, llega esta banda hasta oídos aztecas plagada de canciones que nos harán sentir, gota a gota, la sangre corriendo a través de cada una de nuestras arterias.


Conformada por Frédéric Baervoets (voz y guitarra), Christophe Vandewoude (bajo) y Geert Luyts (batería desde 2014), Pilod surge, cual fénix, de las cenizas del antiguo proyecto de los primeros dos integrantes antes mencionados, The Boy Outside.


Su más reciente material discográfico, lanzado en el año 2016, lleva por nombre Black Swan y, sin duda, este álbum no sólo se ganará un lugar en la biblioteca de todo aquel que tenga la oportunidad de escucharlo, sino que también se quedará plasmado en su alma debido al increíble sentimiento que Pilod ha logrado impregnarle, individualmente y en conjunto, a cada una de sus canciones. Simplemente, digno de recordar.


Para comenzar con este vaivén de emociones, nos brindan como primera canción del álbum Lion Ego que, con notas pasivas, contradictoriamente pide a gritos que cierres los ojos para disfrutar de esta joya en todo su esplendor. Luego, te transportará a Victory at Hand: una lucha contra las dudas que todos alguna vez llegamos a tener y que disiparemos si tenemos el valor de enfrentarles, porque también tenemos el tiempo, tenemos la oportunidad y correr no es una opción.


Posteriormente, se encuentra la canción que lleva el mismo nombre del álbum, caracterizada por un feeling excepcional en la voz que alude a la melancolía, generando una perfecta armonía entre letra y música en esta obra maestra.


Y así, llegarán más y más canciones que, desde los primeros diez segundos, nos susurrarán al oído el querer llegar a nuestro interior, lográndolo y dejando muy en claro su poder para hacer vibrar cada una de las capas de dermis que nos cubren.


Pilod es una banda que contrasta perfectamente con los matices grises de estos días, complementando el áspero clima que nos asecha cuando nos aventuramos rumbo al exterior de nuestros hogares y lugares de trabajo en esta época del año.


Así que, no hace falta paraguas, sólo bastan tus audífonos y ponerle play a este álbum en tu biblioteca para hacerle frente a la furia de las nubes. Sin miedo, deja que las gotas frías de la lluvia clamen humedecer tu cuerpo, mientras que cada nota concluye en una explosión que, cerrando los ojos, recorrerá tu sistema nervioso hasta albergarse en tu cerebro.


Sin duda, este cisne negro será la mejor compañía para el café de una mañana nublada, para disfrutar del aire en la azotea del hogar o para divagar en algún parque en la banca más solitaria y alejada, porque si de escuchar a Pilod y ver llover por la ventana se trata, Tláloc puede hacer un lago de cualquier ciudad donde este álbum se llegue a conocer.


Acá te dejo dónde estar al tanto:

Por: Hugo J. Herrera

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